Un clásico que nunca pasa de moda como el fondant de chocolate a menudo se convierte en un postre espectacular gracias a su centro caliente y medio derretido. Mi tío es chef, y en su restaurante “Le Bretagne” solía darnos a mí y a mi primo unos diez fondants congelados al mes para que nos los comiéramos cuando íbamos a la universidad. Sacábamos el fondant del congelador, lo metíamos en el microonadas unos minutos y... ¡era como estar en el cielo! Estos fondants de chocolate y caramelo salado están inspirados en él y en Bretaña, de donde procede la célebre “fleur de sel”.